Viaje a Hinojal

Hoy de viaje por la localidad extremeña de Hinojal, un pueblo pequeño con un encanto especial, urbano y cercano.
La localización de este lugar pertenece a la Mancomunidad Tajo-Salor, en la provincia de Cáceres, Extremadura, España.
Hinojal, al estar en la Mancomunidad Tajo-Salor, forma parte de un entorno rural donde la agricultura (como el olivar y los cereales) y la ganadería (especialmente ovina y porcina) son esenciales. En un año 2025 húmedo como este, los campos están exuberantes, los embalses cercanos (como el de Alcántara) tienen mucha más reserva de agua, y la flora autóctona, jaras, encinas, retamas, etc…, crecen que da placer verlo.
Si tienes la oportunidad, no dejes de pasear por sus alrededores para disfrutar de:
La fauna local, como avutardas, cigüeñas o incluso buitres, que se benefician de este ciclo húmedo.
La dehesa extremeña, con sus encinas y alcornoques.
Los paisajes del río Tajo, que marcan la identidad de la zona.

Iglesia Parroquia Nuestra Señora de la Asunción.

Vemos una imponente iglesia, lo más espectacular de la localidad, sobrepasa por encima de cualquier edificio.
Uno de los dos retablos se conserva en nuestros días y está situado en el muro de Evangelio de la referida iglesia parroquial. Carece de policromía, es decir, se encuentra «en blanco», y es de pequeño tamaño. Se estructura en banco, un cuerpo y ático a manera de frontón triangular.
El banco es muy alto y en él se reflejan los plintos de las columnillas del cuerpo único. En medio de estos plintos se disponen tableros decorativos y, en el hueco central, un óleo sobre tabla que representa a Santa Margarita con el dragón, pintura de carácter muy amanerado y que datada de la misma fecha de construcción del retablo. El cuerpo contiene una hornacina abierta en arco de medio punto flanqueada por cuatro columnillas de fustes muy adornados.
Las dos de los extremos tienen el tercio inferior acanalado, mientras los superiores se reservan para una decoración abultada. En cambio, las otras dos columnillas poseen la zona media acanalada, en un juego que es típico del manierismo.
Los capiteles extraen sus formas del corintio y sobre ellos cargan trozos de entablamento ornados con cabezas aladas de querubines. Remata el conjunto el frontón triangular, en cuyo tímpano se colocó el busto bendiciendo del Padre Eterno, escultura está marcadamente manierista y de expresivo rostro barbado.
Toda la arquitectura del retablo está cubierta por una interesante decoración que cabalga entre el estilo plateresco agonizante y el manierista que surgía con pujanza: carátulas fantásticas, bucráneos, cartelas cuadrangulares de lados curvos, guirnaldas de telas, elementos vegetales en forma de ces, cintas, frutas, etc
-14 de abril de 1576 por; Juan Santillana.
En las fotógrafas se ven maravillosos lugares verdes, algo que no es así siempre, por eso de lo especial de las imágenes, son para recordar el encanto que le da el verde al lugar.










