Os presento a mi Mantis religiosa blanca, un insecto que habitualmente le gusta situarse en encima de uno de mis cactus.
La Dama Blanca del Desierto: Una Mantis de Porcelana entre las Espinas
Esta es mi Mantis religiosa albina, una diva exquisita que ha encontrado su trono particular en la corona austera de uno de mis cactus
Esta elección de residencia no es casual. El cactus, para ella, es mucho más que un simple posadero:
- Atalaya de Caza: Desde esa fortaleza elevada y espinosa, tiene una visión privilegiada. Es la estratega perfecta, observando el mundo con sus ojos globulares, calculando el vuelo de una mosca descarriada o el aterrizaje de un pequeño insecto en una hoja cercana. Luego, con un movimiento rápido como un latigazo silencioso, despliega sus patas raptoras, esas que rezan antes de asir a su presa.
- Un Palacio Defensivo: Las espinas que a otros disuaden, a ella le brindan una protección invaluable. Son la empalizada que mantiene a raya a depredadores más grandes, permitiéndole mudar o descansar con una seguridad relativa.
- Termoregulación: La superficie del cactus, calentada por el sol, le proporciona el calor necesario para mantener su metabolismo activo, esencial para un insecto de sangre fría.