El género Agave tiene una gran importancia económica y varias especies de magueyes han estado ligadas a los habitantes de Mesoamérica, desde hace unos 10 000 años (Callen, 1967; González, 1978; Gentry, 1982). En las áreas culturales de Tula, Tulancingo y Teotihuacán existe evidencia de que desde hace más de 3500 años, los magueyes se aprovechaban para obtener pulque.
En el museo de sitio de Apan, estado de Hidalgo, se muestran raspadores líticos proba blemente usados para recolectar aguamiel y obtener fibra. Ciertos rodales de maguey en el sur de Arizona, con una antigüedad de unos 1000 años, se localizaron fuera de su distribución natural y asociados a montículos de piedras usados para su cultivo, así como a hornos de pozo y herramientas líticas usadas para su proceso como alimento.
Especies con importancia económica para la producción de aguamiel, mezcal y fibra, son:
Agave macroculmis, A. mapisaga, A. mapisaga var. lisa, A. salmiana, A. salmiana var. angustifolia, A. salmiana var. ferox, A. salmiana ssp. crassispina y A. tecta.
Producción
Propietarios de terrenos donde se produce candelilla o lechuguilla obtienen de éstos en zonas del Semidesierto su único ingreso.
Se les conoce con el nombre común de agave, pita, maguey, cabuya, mezcal. Su centro de origen está en México, aunque actualmente se distribuyen desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Venezuela.
Se reconocen más de 200 especies pertenecientes a este género con una gran diversidad en cuanto a formas tamaños, colores y estrategias de vida. Se calcula que el género surgió hace unos 12 millones de años.
Aprovechamiento
El agave se ha aprovechado entre otras cosas para fabricar: licor, del cual se hace tequila (Agave tequilana), mezcal (A. cupreata, A. potatorum, etc.) y pulque (Agave americana, conocida popularmente como Maguey) o Licor de Cocuy en Venezuela. El pulque es una bebida muy nutritiva que, a diferencia del tequila y el mezcal, tiene una baja tasa alcohólica debido a que se produce por fermentación. Del agave se hace también vino, vinagre, miel y azúcar.
También se aprovechan las fibras de las hojas, usadas en hilaturas para tejidos, hamacas y empaques, sobre todo del henequén.