Opuntia microdasys, albispina y rufida

¡Bienvenidos, tenemos un espinoso asunto, un viaje espinoso pero encantador por el mundo de tres de mis  Opuntias! Hoy nos sumergimos en la belleza y singularidad de tres variedades que capturan la imaginación de botánicos y aficionados por igual: la Opuntia microdasys, la albispina y la rufida.

La Opuntia microdasys, conocida cariñosamente como “Alas de ángel” o “Orejas de conejo”, es una especie nativa de México que se ha ganado un lugar especial en los corazones de los amantes de los cactus. Su tamaño manejable y su capacidad para crecer en macetas la hacen ideal para aquellos que desean un toque de verde árido en sus hogares.

Su nombre procedente del griego mikros, pequeño y dasýs, hirsuto, al ser una planta muy pequeña.

Dadas sus reducidas dimensiones y sus palas diminutas, tanto la especie como la variedad son ampliamente utilizadas en jardinería decorativa. La planta forma un conjunto de hasta unos 60 cm de altura, densos y muy ramificados, con los artículos completamente ovales o algo alargados, unos 10 – 15, con aréolas densamente cubiertas de gloquidios amarillos, mas claros en las nuevas vegetaciones , oscureciéndose a continuación.

Las flores, que aparecen con abundancia, miden unos 4 – 5 cm, con los segmentos del perianto de color amarillo puro, que antes de marchitarse adquieren una tonalidad amarilla anaranjada. Su fruto es casi redondo, de color rojo violáceo.

Su cultivo como todas la opuntias es verdaderamente fácil, solo extraeremos una pala y la introducimos en tierra casi seca.

La variedad albispina es una delicia visual con sus gloquidios blancos que contrastan maravillosamente con el verde intenso de sus segmentos. Estos pequeños pelos espinosos, aunque cautivadores, requieren un manejo cuidadoso para evitar irritaciones. ¡Así que no olviden sus guantes al manipular estas bellezas!

Esta variedad albispina con gloquidios blancos, las flores son de color amarillo pálido.

Por otro lado, la rufida, a menudo confundida con la microdasys, se distingue por su robustez y sus gloquidios de un rojo pardo que adornan sus areolas. Esta variedad puede formar arbustos erguidos de hasta 1,5 metros de altura, ofreciendo un espectáculo visual impresionante en cualquier jardín.

La especie es arbustiva, erguida de 50 – 150 cm de altura, y forma un corto tronco, los artículos son mas o menos circulares y en general son mucho mas anchos y gruesos con la epidermis de color gris verdoso aterciopelada. Carece completamente de espinas, aunque las areolas anchas y circulares, dispuestas muy juntas en linea diagonales, están señaladas por numerosos gloquidios de color rojo pardo, mas oscuros en la parte mas viejas.

Las flores miden aproximadamente 5 cm, incluso el ovario, y los frutos son de color rojo claro.

Esta planta es ideal para su cultivo en macetas, aunque requiere de protección invernal, a temperaturas inferiores a 1ºC, su reproducción es fácil, le extraemos una pala y la introducimos en tierra casi seca.

Cada una de estas variedades florece con esplendor, regalándonos flores que van desde el amarillo puro hasta tonalidades amarillo anaranjadas, y frutos de un rojo violáceo que son una verdadera maravilla. Además, su cultivo es sorprendentemente sencillo, lo que las convierte en una opción accesible para todos aquellos que deseen iniciarse en el mundo de la jardinería de cactus.

Así que ya sea que estén buscando una planta resistente y de bajo mantenimiento o simplemente quieran añadir un poco de exotismo a su colección, las Opuntias Microdasys, Albispina y Rufida son opciones que seguramente les traerán satisfacción y alegría. ¡Anímense a explorar la diversidad que estas espinosas maravillas tienen para ofrecer!

¿Que son los gloquidios?

Los gloquidios son espinas foliares delgadas, generalmente poco visibles, que poseen numerosas barbas retrorsas a lo largo y son caducas, que se encuentran en las areolas de los cactus opuntioides. Personalmente los gloquidios del ejemplar Rufida, son algo mas dolorosos, ya que lo digo por experiencia propia, y creo que no hay una parte del cuerpo que no se haya impregnado de diminutas espinas.